13/06/15

Los mejores consejos para protegerte del frío

 

Los expertos te cuentan qué podés hacer para no enfermarte este invierno

 

 

Con la llegada del invierno suelen aumentar los casos de enfermedades respiratorias como gripe, bronquiolitis, bronquitis y neumonía. Sin embargo, las bajas temperaturas no son las únicas causas que contribuyen a este aumento. La falta de ventilación en los ambientes, la incorrecta implementación de las medidas de higiene y la polución que producen los sistemas de calefacción son otros motivos que favorecen el incremento de estas afecciones. Así lo explicó a DoctorVid el doctor Jorge Máspero, director de la Fundación Centro de Investigación de Enfermedades Alérgicas y Respiratorias (CIDEA).

"No es necesariamente la baja temperatura lo que causa el aumento de patologías que vemos todos los inviernos. En particular, el hacinamiento, el permanecer en ambientes mal ventilados, el contacto mucho más estrecho entre personas en ambientes pequeños favorecen la diseminación y transmisión de un enorme número de enfermedades virales, que son las que al manifestarse terminan causando bronquiolitis, enfermedades por rinovirus o influenza, que a todos nos preocupan durante el invierno", señaló el especialista en Alergia e Inmunología.

"Si la temperatura baja y el individuo está adecuadamente protegido, eso no debería ocasionar mayores problemas. La situación inversa, en la cual para protegerse no se ventilan los ambientes y se usan, muchas veces, sistemas de calefacción que generan polución, es dañina para el aparato respiratorio. Además, la falta de vacunación contra la gripe, la falta de cultura sobre medidas de higiene de manos y ambientes, terminan ocasionando un aumento de enfermedades respiratorias infecciosas, que es lo que se traduce en un aumento de las consultas o internaciones en esta época", añadió.


ESTAR ALERTA

Por otra parte, Máspero subrayó que los principales síntomas a los que hay que estar alerta son: sensación de malestar, rinorrea, molestias en la faringe y fiebre. Asimismo, recomendó que "si uno observa que la fiebre es alta, se acompaña de mucho decaimiento o de otros síntomas, tales como dificultad para respirar, sensación de náuseas o vómitos repetidos, es imprescindible una consulta médica urgente".

En tanto, hizo hincapié en que el cuidado de los bebés en la época de intensos fríos es esencial para preservar su salud. "Los bebés son un grupo mucho más susceptible a contraer infecciones, ya sean virales o bacterianas, fundamentalmente porque su aparato inmunológico no está adecuadamente desarrollado", indicó, al tiempo que aconsejó: "Para protegerlos debe evitarse el contacto con otros niños o personas mayores que tuvieran síntomas respiratorios, deben permanecer en lugares bien ventilados, con temperatura adecuada, siempre teniendo en consideración que las fuentes de calor no deben generar polución dentro de los ambientes".

También recordó la importancia de la vacunación al afirmar: "En los últimos años se han definido muy claramente cuáles son los grupos de riesgo para contraer infección por los virus de la influenza o gripe. Las personas que pertenecen a esos grupos, es decir, pacientes inmunodeprimidos, los niños menores de dos años, embarazadas y mayores de 65, ineludiblemente deben ser vacunados".

"En la medida en que más cantidad de individuos estén vacunados, la posibilidad de que el virus se disemine en la población es menor", concluyó.


ALIMENTOS QUE PROTEGEN

La alimentación es otra aliada a la hora de proteger la salud durante el invierno. En esta estación, al igual que durante el resto del año, el equipo de expertos de las Estaciones Saludables de la Ciudad recomienda especialmente consumir frutas y verduras de temporada, ya que presentan ventajas económicas, nutricionales y ecológicas.

Según explicaron, las frutas y verduras de estación son más baratas, tienen mejor calidad en cuanto a olor, sabor y textura; y al ser consumidas frescas pueden aprovecharse mejor sus nutrientes. Además, al consumir productos de estación se respeta su ciclo natural, lo cual tiene una repercusión positiva no solo en sus propiedades sino también en el medio ambiente.

Las hortalizas que crecen en climas frescos ofrecen hojas, bulbos o raíces como por ejemplo la espinaca, puerro, coliflor, brócoli, ajo, cebolla, remolacha, rabanito, repollo, repollito de Bruselas, entre otras.

En tanto, las frutas de invierno incluyen cítricos como el limón, la mandarina, la naranja y el pomelo.

Por otra parte, la vitamina C o ácido ascórbico es una sustancia que además de ser antioxidante es necesaria para la síntesis de colágeno y glóbulos rojos y para el buen funcionamiento del sistema inmune. El déficit de esta vitamina disminuye la resistencia a infecciones. Se recomienda un consumo de 90 mg diarios para los hombres adultos y 75 mg para las mujeres. A su vez, las personas que fuman deben consumir 35 mg extra, apuntaron los profesionales de las Estaciones Saludables.

Es una costumbre muy extendida en la población el consumo de suplementos de vitamina C para prevenir resfríos. Sin embargo, esta práctica no tiene efecto sobre la prevención aunque sí ha demostrado reducir la duración y la severidad de los síntomas del resfrío común, posiblemente debido al efecto antihistamínico de las altas dosis de esta vitamina. Entre los alimentos fuente de vitamina C se destacan los cítricos, el kiwi, el tomate, el ají morrón, el brócoli y las papas.

Las necesidades diarias de esta vitamina se pueden cubrir fácilmente consumiendo frutas frescas, por ejemplo una naranja de tamaño grande, un pomelo o un kiwi. También se puede optar por una compotera de frutillas frescas.

El selenio y el zinc son minerales que también estimulan la función inmune. Están presentes en las carnes, el huevo, los cereales integrales y las levaduras entre otros.

La vitamina A, además de intervenir en la respuesta inmunitaria y ayudar a combatir infecciones es necesaria para la integridad de la piel y de la mucosa respiratoria. Está presente en vegetales y frutas de color amarillo y naranja como el zapallo, zanahoria, calabaza, batata y en alimentos de origen animal como el hígado, leche, huevo y queso.

Una alimentación completa y variada es la mejor forma de cubrir las necesidades de nutrientes. Los suplementos de vitaminas y minerales, sin bien son de venta libre, deberían ser indicados y supervisados por un médico.

En cuanto a los mejores modos de preparación de los alimentos, los especialistas de las Estaciones Saludables indicaron que si bien se recomienda el consumo de vegetales crudos y frescos para evitar la pérdida de vitaminas y minerales, algunos deben cocinarse para poder consumirse. En estos casos, es importante tener algunas precauciones ya que durante la preparación y cocción se produce pérdida de algunos nutrientes.

Al cocinar se debe minimizar el tiempo de cocción y la cantidad de agua que entra en contacto con el alimento. Para esto, los métodos de cocción más adecuados son el microondas, la olla a presión, el vapor y el horno. Además, se recomienda pelar y cortar los alimentos poco tiempo antes de consumirlos y evitar el remojo excesivo.

En el caso del jugo de naranja, para aprovechar al máximo la vitamina C, se aconseja consumirlo en el momento de prepararlo ya que esta vitamina se degrada fácilmente por oxidación (al entrar en contacto con el oxígeno del aire).


Otras recomendaciones del equipo de expertos son:


* Consumir caldos o sopas como entradas: conviene hacerlas caseras, con vegetales de todo tipo. Es preferible evitar agregarle caldos en cubitos y cuidar el exceso de sal.

A pesar del frío se recomienda el consumo de frutas y verduras crudas. Elegir ensaladas como guarnición y consumir las frutas como postre o entre comidas.

No descuidar la hidratación, las infusiones calientes pueden resultar reconfortantes y además son una buena forma de hidratarse cuando hace frío. Es importante controlar el agregado de azúcar y miel que pueden resultar en un aporte de calorías innecesario.

* Continuar haciendo actividad física, adecuando la práctica a las condiciones climáticas.

* Una medida sencilla para evitar el contagio de los gérmenes que acusan la gripe y el resfrío consiste en el correcto lavado de manos de manera frecuente: antes de comer, después de tocar a una persona y al llegar a casa o al trabajo.


Fuente: Doctor Vid

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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