09/06/17

El Movimiento "Levita"

 

Nota de opinión de Axel Trotte

 

 

El Movimiento "Levita"


Según la definición más común, levitar es el efecto de suspenderse en el aire sin mediación "aparente" de otro objeto físico. Es decir, un cuerpo sometido a todas las leyes de la física no podría sostenerse en el aire si no hubiera otra cosa que lo mantenga  allí, en caso contrario estaríamos en presencia de un movimiento natural antigravitacional. Por el momento,  tal fenómeno  no ha sido expuesto por la física contemporánea. Así que desde el punto de vista científico, la levitación no es un acto que se pueda comprobar de forma fehaciente. Distinto es el caso de las levitaciones místicas o religiosas. Se dice que San Francisco de Asís o Santa Teresa de Jesús eran capaces de levitar, este hecho sobrenatural abona la mística cristiana y queda exento de toda verificación física, el terreno de estos sucesos entran en el campo del fideísmo religioso.


El tema se vuelve más complejo cuando tratamos de explicar la levitación en el campo político. Levitar en política, al igual que en el resto de los casos, es estar en el aire, lo que equivaldría a decir, no tener los pies sobre la tierra. Aquí encontramos el primer problema, porque hacer política sin tener los pies sobre la tierra es un acto de supina irresponsabilidad. Pero esto no se queda ahí, si se está en el  aire, se corre un riesgo mayor, puede pasar que vayas donde te lleve el viento y, como sabemos, el viento no es algo que pueda ser manejado…

 

Saquemos algunas conclusiones: en la jerga popular cuando se dice que algo va para donde lo lleva el viento supone querer decir que, no tiene un objetivo claro o una hoja de ruta definida, para el caso de un bohemio viajero  tal descripción podría ser tomada de forma positiva,  pero, el dilema está cuando el dicho popular lo aplicamos a un movimiento político.


Si decimos que una organización política L"evita", estamos diciendo, según nuestro razonamiento, que no tiene los pies sobre la tierra, que carece de objetivos por los cuales trazar una hoja de ruta que no los haga  perder el camino. Por ejemplo,  los que pertenecemos al campo popular y nos inscribimos en la tradición peronista, sabemos que el objetivo en política es luchar para que la diferencia entre los que más tienen y los que menos tienen se reduzca de forma tal que la vida pueda ser vivida dignamente por todos, también sabemos que los sectores dominantes de la economía siempre van a tratar de entorpecer ésta tarea ya que la igualdad les exige  a los que más tienen un régimen de distribución que ellos no pretenden aceptar, sabemos que el gobierno de Macri representa éstos intereses y ejecuta sin temblor políticas altamente perjudiciales para las mayorías. Sabemos que en términos políticos la unidad es la única posibilidad de poner freno a dichas prácticas y también, que los liderazgos políticos no terminan a plaza llena. Algunos, otrora compañeros,  han dejado de tener los pies sobre la tierra, y ponen por delante del interés popular, el  sectorial y faccioso. No sabemos hacia donde los llevará el viento. Queda claro que algunas organizaciones que, como movimiento, "evita"n  ordenarse en la unidad contra el neoliberalismo oficial  y eso los hace  y hará traidores a la causa nacional, popular y peronista.


Los diarios de doctrina liberal expresan el temor de la vuelta del peronismo conducido por Cristina y empujan la candidatura del flaco de Chivilcoy para dividir y debilitar la unidad del campo popular, esto lo saben las bases que más pronto que tarde  reaccionarán ante la impavidez y el vampirismo político de sus dirigentes, figuras difusas y de precarias convicciones. La historia los juzgará como enanos que intentaron desafiar liderazgos consolidados por la voluntad popular. Es momento de unidad y no de vanguardias trasnochadas que buscan salvarse de su destino infame. Nacieron y crecieron a la sombra del Kirchnerismo, se dijeron brazo revolucionario del movimiento popular, juraron lealtad a los liderazgos como indica la tradición peronista y defeccionaron al primer amague del contra-poder reaccionario que hoy nos gobierna. Brazo útil de la derecha, sus dirigentes intentan sobrevivir en un espacio de tibios arrepentidos en momentos en donde el candor de las injusticias debería ser combustible que los subleve, ¡es momento de volver a poner los pies sobre la tierra compañeros! El fervor militante, las plazas llenas, las conquistas alcanzadas deben ser el recuerdo que los reubique en el camino del campo popular discutiendo los problemas importantes, atrás quedarán las soporíferas palabras del comandante Pérsico y las insulsas reacciones del infausto Chino. El movimiento "Levita" ha perdido su esencia, anodino y sin destino camina hacia la implosión orgánica, las bases se reordenarán y seguirán luchando como siempre sucede, pero sus dirigentes llevarán por siempre el sello  de su  infamia,  porque como dice el versículo 3.16 del Apocalipsis, "a los tibios lo vomita Dios". 



     por: Axel Trotte

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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