16/05/16

Buscan revertir el sobrepeso de los policías de la provincia

 

Junto con el sedentarismo, son problemas que preocupan. Se busca concentizar a los uniformados en ls buena alimentación y en la necesidad de practicar ejercicios físicos.

 

 

Cuando se termine de procesar el censo policial, el Ministerio de Seguridad provincial tendrá por primera vez una fotografía de los problemas de salud que afectan a los uniformados. 
El diagnóstico servirá para elaborar programas de prevención centrados en dos aspectos que, se presumen, comunes entre los recursos humanos: el sobrepeso y la poca actividad física. "Vamos a trabajar en dos sentidos: una concientización sobre una buena alimentación y en generar espacios en los cuales el personal pueda realizar ejercicios", apuntó la subsecretaría de Formación y Desarrollo Policial, Ana Viglione.

La preocupación por mejorar el estado físico de su agentes, no es exclusiva de la policía santafesina. Largas horas de trabajo, turnos rotativos y altos niveles de estrés conspiran contra la posibilidad de ejercitarse o adoptar una alimentación saludable.

El sobrepeso es una de las variables que forman parte del examen médico al que se someten los aspirantes a ingresar a la carrera de policía. La medida no es caprichosa. "Durante la instrucción un cadete debe realizar una actividad física intensa y regular y el exceso de peso puede resultar riesgoso tanto por los problemas que trae asociados, como complicaciones cardíacas, o por el riesgo de lesiones severas", explicó el director del Instituto de Seguridad Pública, Aniceto Moran.

De acuerdo al reglamento de ingreso, los postulantes deben contar con un índice de masa corporal (IMC) mayor de 18 y menor de 30. Por fuera de esos parámetros, advirtió Moran, los postulantes no pueden ingresar al instituto.

El IMC se establece dividiendo el peso de una persona por su altura al cuadrado. Se considera que un adulto con un IMC menor a 18 puede presentar signos de desnutrición, por encima de 25 se habla de sobrepeso y a partir de 30, obesidad. Un IMC elevado supone mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes o trastornos del aparato locomotor.

El problema aparece más tarde, conforme los uniformados avanzan en la carrera. Actualmente, el personal policial no está obligado a someterse a exámenes médicos o pruebas de aptitud física en forma periódica.

Si bien existe una dirección de Sanidad Policial, la dependencia no tiene entre sus funciones el desarrollo de programas preventivos de salud. Los médicos policiales centran su tarea en la constatación de accidentes en servicio y el control de ausentismo que, advierten los profesionales del área, "es elevado".

Mayor eficacia. 

Numerosos estudios advierten que una policía en buen estado físico no sólo puede realizar su tarea con mayor eficacia, sino que además trasmite una más confianza y seguridad.

La subsecretaria de Formación y Desarrollo Policial destacó que, con la realización del censo, por primera vez se tendrá información sobre los hábitos relacionados al cuidado de la salud del personal policial. Las encuestas comenzaron a realizarse a fines de marzo pasado y, según precisó Viglione, más de la mitad de los 22.300 efectivos ya fueron entrevistados. En Rosario ya se censó al 90 por ciento de los uniformados.

Entre otras cosas, a los efectivos se les preguntó si padecen enfermedades crónicas, la última vez que concurrieron al médico y si toman medicamentos, fuman o realizan actividad física en forma regular.

"Tenemos que trabajar con una tarea de concientización en cuanto a la alimentación, ya que son muchas horas de viaje o muchas horas de calle, conspiran siempre contra una dieta balanceada. Y, por otro lado, se buscará generar espacios en los cuales los agentes puedan realizar actividad física", explicó.

Viglione destacó que, actualmente, los efectivos de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), Infantería y Comando "tienen una clara exigencia física, sin embargo para el resto del personal existe el objetivo de sistematizarla y ofrecer la posibilidad de que los policías accedan a espacios adecuados".



UNA SITUACIÓN QUE SE REPITE EN OTRAS PARTES


El exceso de peso de sus efectivos no es solo un problema para la policía santafesina. El año pasado se conoció un informe sobre la Metropolitana que indicaba que sólo un 17 por ciento de los oficiales e inspectores varones tenía una condición de peso normal. Otra investigación realizada sobre agentes de la Policía Federal mostró resultados similares: el 80 por ciento presentaba problemas de sobrepeso.

Se evaluaron unos 2.700 oficiales, oficiales mayores, inspectores e inspectores mayores y tan sólo un 17 por ciento de los varones mostró una condición de peso normal, mientras que en un 47 por ciento de los uniformados se registró sobrepeso y en un 35 por ciento distintos grados de obesidad.

Durante 2014, el Ministerio de Seguridad de la Nación puso en marcha un programa para que grupos de médicos, nutricionistas, odontólogos y oculistas fueran a las comisarías de la Ciudad de Buenos Aires para hacer evaluaciones periódicas y promover hábitos saludables como bajar de peso, dejar y fumar y mantener a raya la presión, el colesterol y la glucemia. 

La iniciativa buscaba revertir los resultados de los seguimientos médicos internos que indicaban que el 80 por ciento de los efectivos de la Policía Federal estaban por encima del peso normal. 

 

 

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