23/03/15
"Patricio Gorosito estaba vinculado al traslado y derrotero de la droga”
El fiscal de la localidad chaqueña de Roque Sáenz Peña, Carlos Sanserri, detalló los roles de la banda que traficaba cocaína en bolsas de carbón a Europa, que será juzgada este año.
El fiscal federal Carlos Sanserri, de la ciudad chaqueña de Presidencia Roque Sáenz Peña, fue el encargado de la investigación formal que llevó a juicio a los organizadores y colaboradores de la operación llamada Carbón Blanco, uno de los mayores contrabandos de cocaína concretados a Europa desde Argentina. La particularidad que tiene este caso es que la logística de este delito fue en buena parte concretada en la provincia de Santa Fe por el empresario Patricio Gorosito, recordado por haber levantado en tiempo récord el polideportivo del Club Real Arroyo Seco, vendido en una cifra multimillonaria a Rosario Central.
Cinco de los principales integrantes de esta organización, incluido Gorosito, serán juzgados este año en Resistencia, Chaco. La historia es fascinante como caso criminal. Por lo sofisticado de su armado, por incluir presuntamente a personal aduanero como garante del éxito del delito y por la investigación de lavado de activos que realiza actualmente la Procuraduría de Narcocriminalidad, que la semana que pasó desplegó 37 allanamientos de distintos puntos del país, entre ellos Arroyo Seco y Villa Constitución.
Lo que se analizará en el juicio inicialmente, contra cinco personas, es una misma operación fraccionada en tres partes, le dijo Sanserri a La Capital. "El primero de los hechos fue el 8 de marzo de 2012 con la exportación de 380 kilos de cocaína que fueron hallados en un depósito en las afueras de Lisboa, en Portugal. Los paquetes estaban en bolsas de carbón de la firma Carbón Vegetal del Litoral SRL y había sido inspeccionada en la aduana de Barranqueras Chaco con salida desde el Puerto de Buenos Aires. El segundo hecho fue cinco días después cuando en ese mismo puerto se requisaron dos contenedores de la misma firma y se halló otro embarque destinado a Portugal con 519 kilos de cocaína. Finalmente, el 11 de abril de 2012 se secuestraron otros 150 kilos de cocaína en un contenedor de la misma empresa también en Lisboa".
—¿Por que se fijó la jurisdicción para investigar este caso en el Chaco?
—Quienes primero tuvieron noticias de este contrabando fueron las autoridades de Portugal porque allí detectaron a los autores del delito y los identificaron. Cuando los sorprenden con el procedimiento las guías aduaneras figuraban hechas en Quitilipi, Chaco. Eso porque el carbón vegetal donde iba la droga en contenedores se había cargado en un depósito en esa localidad. Entonces los agentes aduaneros de Barranqueras hicieron el control del cargamento y lo precintaron. Así viajó al puerto de Buenos Aires. El carbón vegetal debió haber pasado por carril rojo lo que suponía ser sometido a escaneo obligatorio de los contenedores. Parece que esto no pasó así.
—¿Eso pasó por complicidad en la aduana?
—Hay causas de encubrimiento de agentes aduaneros que no van a juicio en la primera etapa. Hubo indudable falta de control. Que haya sido por negligencia o porque hubo personal aduanero que integraba la banda será motivo de análisis en otra etapa del trámite. No puedo afirmar que funcionarios estatales participaron en un delito de narcotráfico porque para eso debían saber que dentro de los contenedores había cocaína. Pero al no seguir el procedimiento de control por lo menos incurrieron en el delito autónomo de encubrimiento.
—¿Cuál es la responsabilidad que le atribuyó usted a Patricio Gorosito
—El está imputado de organizador del contrabando. La conducta es que el coordinaba el ingreso de la cocaína desde Bolivia que venía de allí en camiones cisterna hacia Arroyo Seco. Allí la droga era traspasada a otros camiones que llegaban a la planta donde era mezclada con carbón vegetal. Los movimientos de Gorosito se encaminaban a que en la planta de Quitilipi, que era de gente de Buenos Aires, se realizaran los cargamentos con destino de exportación. Gorosito estaba vinculado al traslado y al derrotero de la droga. Fue detenido en España al llegar la cocaína a Portugal.
_Cuál es el rol del abogado Carlos Salvatore, a quien detuvieron en la cochera de un supermercado de Rosario?
—Era el que orquestaba toda la operación y también su financista. Lo que nos está faltando hacia arriba era cómo se generaba la entrada de los estupefacientes desde Bolivia. No se detectaron los contactos con los proveedores de la droga en el exterior.
—Hay otros tres acusados: Juan Carlos Pérez Parga, Angel Roberto y Rubén Esquivel.
—Los dos primeros eran intermediarios en la actividad de Gorosito, que a veces se ocupaba personalmente de las tareas como organización de las cargas y la liquidación de los pagos y a veces se las delega a Roberto o a Pérez Parga. Este último era gerente de producción de Carbón Vegetal del Litoral SRL, la firma que despachaba los embarques. Esquivel era de Presidencia de la Plaza, del interior del Chaco, y era el encargado de la planta de Quitilipi.
—Gorosito es un individuo muy interesante por su historia: ligado al futbol, constructor de un complejo polideportivo multimillonario, amigo de Julio Grondona. ¿Cómo advierten ustedes que él llega a encaramarse en semejante rol?
—A partir de su vínculo con Salvatore, que es el asesor legal y fue el que puso en marcha toda esta operación. El controlaba, administraba y daba soporte financiero a una empresa criminal dedicada a transportar drogas a Europa. La policía española y portuguesa lo detectan allí en el manejo de la logística para asegurar la concreción del delito por el que fue atrapado en Barcelona.
—¿Esta organización tiene un escalafón superior aún no desbaratado o cree que entre los que están juzgados está la cúspide de la banda?
—Esta es una banda de gran envergadura porque el valor del embarque es 40 millones de euros. Lo que implica una capacidad de financiamiento y de despliegue de logística muy importantes a la vez que una estructura bastante aceitada. Frente a semejante monto, que implica una buena capacidad económica previa, sospechamos que los hilos se mueven desde un lugar más alto. Tiene que haber una derivación de las cosas que es adónde iba el dinero como destino final. Conectando elementos que puede aportar la Unidad de Investigación Financiera, la Afip, la Procuraduría de Narcocriminalidad tal vez haya más por descubrir.
—¿No se han advertido si actores que cumplen funciones en algún nivel del Estado son parte de esta organización ilegal?
—Hasta este momento más allá de lo que advertimos en Aduana por el sospechoso relajamiento de controles, al menos en la causa Carbón Blanco no aparece nada definido en ese sentido.
Fuente: La Capital