Y de entre tantos trabajos, queremos rescatar uno de ellos referido a una simbólica y tradicional esquina arroyense; la de San Martín e H. Irigoyen, evocando poéticamente a un lugar en cuyas mesas y sillas quién no se ha sentado alguna vez. A ese "Oasis urbano", que fue y es el Café de Gómez, Gloria le dedicó esta poesía denominada:
El café
El café es el espacio donde la filosofía cotidiana
discurre entre el humo del cigarrillo,
los murmullos, el olor del café
y el minúsculo escándalo de vapor de la "express"
Hechizo de volver cada día a renovar
la ceremonia de compartir o no la mesa,
el diario, el chisme, el fútbol, la política...,
la vida de cada uno y la de los otros.
El Café es un perfil de soledad,
dibujado en la vidriera empañada de madrugada.
La marca de rouge en una taza,
una servilleta escrita, un boleto arrugado,
un quini con dos aciertos,
una rosa con celofán y ojos desamparados,
todo por un peso.
La vigilancia gratuita del perro dormido en el umbral,
las sillas sobre la mesa, alertando que la función terminó.
Un cuello levantado con las manos en los bolsillos
esperando que el sol marque tarjeta de nuevo día.
El café es un rito, que la urgente pendiente del 2000,
intenta reemplazar con mozos de acero inoxidable
que sirven café listo edulcorado en tazas descartables,
en ambientes asépticos, con luces dicroicas y pisos sin huellas.
Hacen barricadas los poetas desocupados y los desocupados
compartiendo la mesa y los avisos de trabajos ofrecidos.
Hacen barricadas los hinchas líricos
resistiéndose a los partidos codificados, diferidos y privatizados.
Hacen barricadas las utopías
sobrevivientes de tanta urgencia y cambalache.
El lugar ?
El café que aún resiste;
Casi siempre en la esquina, ó a un paso de la esquina.
El lugar ? . . . como siempre ... la esquina de Gómez
Gloria Gennai
Agosto 1996
Y así cumplimos una vez más, nuestro inquebrantable deseo, de mantener vivo el inclaudicable y siempre vigente espíritu de Gloria, porque esta mujer fue una apasionada luchadora por rescatar del olvido tantas reminiscencias y recuerdos de su Arroyo Seco querido, cumpliendo de dicha manera, con el deseo de todo escritor: Trascender más allá de lo físico.
Nosotros simplemente tomamos la posta y tratamos de iluminar pedazos de historia de nuestro pago chico, porque como lo decía José Ingenieros "La Vida es una antorcha lucífera que pasa de mano en mano".
Agradecemos a: Tina Gómez, Nano Fattore.
* Este material fue publicado originalmente en TEMAS & NEGOCIOS.