08/04/16

Granadero Baigorría: Fuga en la comisaría 24ª,

 

El penal de la comisaría 24ª no tiene cerco perimetral, ni cámaras, según la versión oficial fue el pasaporte a la libertad.

 

 

Ocho reclusos hicieron un esfuerzo y se fugaron ayer del flamante, en la comisaría 24ª, de la localidad de Granadero Baigorria. Pero el camino no fue largo. A los pocos minutos, uno fue recapturado por personal de la seccional cuando se disponía a saltar el tapial de la dependencia mientras que otros tres cayeron al momento en que corrían por el geriátrico municipal que está detrás del penal para lograr la calle. 


Desde el Ministerio de Seguridad reafirmaron ayer la efectividad que tienen los módulos de detención transitoria y que funcionan en otras dependencias de la fuerza en toda la provincia.

El nuevo penal fue inaugurado el pasado 12 de marzo junto con las reformas del edificio de la comisaría 24ª por el gobierno provincial para lograr resarcir las deficiencias edilicias y de hacinamiento que sirvieron de excusa para la última fuga de ocho presos, ocurrida el 16 de junio del año pasado.

Las mejoras son evidentes en el interior debido a que los módulos para alojar a 16 reclusos son espaciosos y poseen un espacio verde. Sin embargo, la obra no tomó en cuenta la funcionalidad y la seguridad del perímetro. El baño está paralelo a la puerta de entrada al penal, o sea en la antesala del módulo general. Esto genera que los guardias tengan que dejar la segunda puerta de ingreso sin cerrar durante el día. A la noche esa puerta tiene un candado. Salvo las rondas, los reclusos quedan sin vigilancia en el interior ya que no cuentan con cámaras. Un guardia los mira desde la ventana de una oficina que está en la comisaría, a 20 metros del ingreso del penal. El puesto se llama cabo de cuarto y tendría que estar dentro del edificio.

Anteanoche, los internos estuvieron practicando el arte de birlar candados con un alambre y ganaron técnica. Esperaron hasta ayer a la mañana para que les abrieron la puerta intermedia para ir al baño, y ocho de los 14 presos aprovecharon un descuido para ponerse a trabajar. Llegaron a la puerta principal, la cual tiene una seguridad endeble.

Nadie entiende por qué tiene un hueco de 20 por 30 centímetros al lado del candado. Para las 11.20, uno de los reclusos sacó la mano por ese hueco y se puso a aplicar la técnica de la ganzúa al candado de la puerta principal. En unos minutos, estuvieron afuera, bordearon los módulos y enfilaron para la parte más vulnerable del predio, el fondo lindero  con el geriátrico municipal. Sin cerco perimetral que los contuviera, siete saltaron. El octavo quedó último y el guardia lo bajó del tapial.

Una vez alertado el 911, otros tres prófugos, identificados como Matías Alexis G. preso por encubrimiento; Diego Ezequiel K., acusado por robo y amenazas calificadas, y Ezequiel Gustavo S., que está preso por abuso de arma, fueron detenidos por el Comando antes de que pudieron encontrar la rebuscada salida que tiene el edificio del geriátrico, cuyo patio es lindero con el penal.

De acuerdo con voceros judiciales, los prófugos fueron identificados como Cristián Gonzalo Acuña, detenido por tentativa de robo; Gonzalo Argañaraz, detenido por tentativa de robo calificado y lesiones; Franco Papaleo, detenido por robo con arma blanca, y Cristián Moreno, un muchacho que contaba prisión preventiva por estar imputado como el autor del crimen de Maximiliano Toledo, un joven de 19 años, asesinado de un puntazo en el pecho la madrugada del 18 de octubre de 2014.

Por su parte, los pesquisas indicaron que cerca del mediodía de ayer los familiares vivieron momentos de angustia cuando observaron algunas llamas que se asomaban por las rejas del patio. Sin embargo, los investigadores aclararon que no hubo heridos debido a que el fuego fue sólo en el patio y agregaron que los autores eran los tres recapturados, quienes inconformes con su detención prendieron fuego una frazada a modo de protesta.

El caso quedó a cargo del fiscal Mariano Ríos junto con la colaboración de la fiscal Karina Bartocci, de la Oficina de Corrupción y Violencia Institucional, quien tiene la investigación para determinar si algún uniformado tuvo responsabilidad en la fuga.

Coronda

Nicolás Vicente Valenzuela tenía un pedido de captura desde el 21 de marzo pasado por no regresar a la cárcel de Coronda. Estaba escondido en un asentamiento precario ubicado en Chile y la costanera, cerca de Remanso Valerio. Valenzuela nunca se imaginó que la tormenta de ayer por la tarde le traería a la Policía. Los uniformados buscaban a los prófugos, entre las precarias viviendas costeras, y se toparon con uno pero de otro penal.

El joven dio el nombre, le saltó la captura del Juzgado de Ejecución Penal de Coronda y quedó detenido en la comisaría 24ª.

 

 

Desarrollado por Rodrigo Guidetti