Todo ocurrió el domingo a las 21, cuando dos motochoros asaltaron a una pareja que caminaba por Zumarán. Uno de los ladrones manoteó la cartera de la chica.
Un taxista, que iba con un pasajero, vio que ladrones golpeaban a la chica y decidió actuar. "Yo no venía muy fuerte, los locos doblaron en U y yo los agarré (con el auto) al medio", contó ayer Pablo, el taxista, quien remarcó: "Les di un poco de cariño a los dos".
Horas después fue amenazado.
Una vez que la moto -Gilera Smash- cayó al piso en calles Magallanes y Zárate, aparecieron numerosos vecinos, quienes colaboraron para atrapar a los dos sospechosos. Fue entonces que empezaron los golpes. Hubo trompadas y patadas.
Un patrullero llegó, pero los policías no habrían podido alejar a los vecinos. Ayer, algunos testigos señalaron por radios cordobesas que los policías "dejaban pegar" e incluso "sacar fotos" a los dos sospechosos.
Los detenidos son Jesús Benegas (25) y Héctor Julio Moyano (36). Fuentes oficiales descartaron que vaya a perder un ojo.
Tras ser atendidos en un hospital, fueron llevados a la Cárcel de Bouwer, acusados de robo.
Entre la aprehensión y la agresión callejera.
El artículo 279 del Código Procesal Penal permite que ciudadanos comunes detengan a un delincuente en flagrancia, el cual debe ser entregado de forma inmediata a las autoridades, como la Policía. "Una cosa es la fuerza idónea para detener a un acusado de cometer un delito, y otra es el exceso de esa fuerza", dijo el fiscal Fenoll.