10/10/18

Medalla de Plata y lágrimas.

 

Por Orestes Anelli, desde Buenos Aires

 

 

Delfina Pignatiello consiguió la medalla de plata en natación compitiendo en 800 metros libres. Al finalizar su perfomance, entre lágrimas, recordó a su abuela y le dedicó su logro.

Las lágrimas invadieron los ojos de Delfina Pignatiello y a través de la pantalla, los de todo el mundo. A una semana de que inicien los Juegos Olímpicos de la Juventud, la joven nadadora recibió la triste noticia del fallecimiento de su abuela. A pesar del mal momento, sacó lo mejor de sí para poder desempeñarse en la cita olímpica.

Bajo una ovación de más de dos mil personas y el tradicional cántico vamos vamos Argentina!, comenzó los 800 metros libres. No era una carrera más. Fue especial, así lo declaró. En momentos así, florece todo el acompañamiento que realizan los familiares, algunos más directos que otros, a lo largo de la carrera deportiva.

Ocho minutos, treinta y dos segundos, cuarenta y cinco centésimas, fue el tiempo final que se transformó en la primera medalla para Argentina. Lejos de la bronca de no llegar al oro, se quebró dedicándole la carrera a Amalia, su abuela. La nadadora de 18 años, mostró al mundo una palabra escrita en su palma izquierda al momento de subirse al podio que decía abuela, seguida por un corazón. No era una dedicatoria más. 

Presionada por el público, gran cantidad de personas expectantes por ver si lograba alguna medalla para Argentina y con su duelo interno utilizándolo para poder dar cada brazada, la presea plateada fue conseguida por ella. "Yo sé que estuvo conmigo e hizo que avanzara", confirmó ante las cámaras.



Todos con sus luchas, todos con sus problemas, todos con sus realidades. Pero el denominador común es el mismo, la familia. La medalla se queda acá pero se sintió hasta en el cielo. Medalla de bellos recuerdos y de fuerzas para Delfina Pignatiello, medalla de plata al esfuerzo. 

 Nota: Orestes Anelli

 

 

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