14/10/12
La venta de drogas o la venganza, hipótesis del crimen del joven de nuestra ciudad
Jonatan Magnate, de 22 años, no tenía antecedentes pero todos sabían que vendía estupefacientes. El 7 de octubre lo mataron a tiros en una pieza precaria que alquilaba en la ciudad
La madrugada del 7 de octubre sonaron varios tiros en la cuadra de San Nicolás al 800, en la ciudad de Arroyo Seco, a 30 kilómetros al sur de Rosario. Los vecinos escucharon y callaron. Lo que el barrio no pudo hacer fue negar el cuerpo de Jonatan Emanuel Magnate, un muchacho de 22 años atravesado por tres balazos en una mísera habitación usada para vender cocaína.
Allí quedó tirado el joven y sólo pudo decir "auxilio", a media voz. El barrio tampoco pudo ocultar los misterios que envuelven a la muerte de un chico que no tenía antecedentes y al que pocos conocían. Lo ligaron a una crimen anterior y también al narcotráfico.
Las primeros datos de la muerte de Jonatan fueron erróneos: "El joven estaba durmiendo en una pieza que alquilaba, su mujer no estaba. Entraron dos personas y le dispararon", dijo la crónica a partir de la información policial primaria. Dos semanas después todo cambió.
Jonatan alquilaba una pieza semi derruida que está en el fondo de la vivienda de San Nicolás 842. Para estar allí le pagaba la friolera suma de mil pesos por semana a la tía de su concubina, Ayelén Del B., con quien tenía una hija de 2 años y un hijo de 4.
"Magnate estaba tranquilo esos días. No decía nada. Venía a la mañana y se quedaba siempre con un muchacho que lo ayudaba. Quince días hacía que estaba allá", dice Verónica F., la mujer que le alquilaba la habitación. Y lo dice así, mal, juntando palabras de manera desordenada.
El búnker
Aquel primer sábado de octubre fue agitado. "Acá venían autos, motos, gente grande y hasta nenitas de no más de 15 años a comprar drogas, te daba hasta bronca verlas", contó un vecino mientras miraba la casa en donde se consumó el asesinato, que en su frente parece un coqueto chalet y en los fondos una tapera abandonada.
A tres cuadras de allí, la soja crece con paciencia y por el lugar pasan chatas de alta gama. Arroyo Seco tiene unos 25 mil habitantes y los fines de semana se suman jóvenes de toda la región que van a divertirse a las discos del pueblo. "Esos días era pura joda acá", contó el mismo vecino.
Esa madruga del 7 de octubre Jonatan se había quedado sólo. El otro muchacho que aparentemente estaba con él "cerró números y se fue". Jonatan estaba medio "cansado, medio bobo". Pasó fugazmente por la cocina de la casa y volvió al búnker de atrás. Cerca de las 3.30 se escucharon ruidos de motos y unos minutos después gritos y tiros. Verónica estaba con sus hijos en una habitación contigua a la de Magnate, "donde él vendía estupefacientes" dijo la mujer usando términos policiales. Se quedó "quietita, con los chicos" de 12, 8 y 3 años además de un bebé de 2 meses. Y esperó, muda y asustada.
Según esta mujer, que mira fija la pared de su casa mientras habla con La Capital, los matadores "se quedaron 10 o 15 minutos, como si estuvieran apoyados en la pared. Dijeron algo, como que buscaban cosas, y se fueron. Escuché una bicicleta y una moto que se iban, y ya está". Así de simple: "Ya está".
Allanamientos
Las autoridades de la seccional 27ª, días antes del crimen, más precisamente el 13 de septiembre, había elevado un informe a sus pares de la ex Drogas Peligrosas en el que les comunicaba que "en esa vivienda se vendían estupefacientes", según manifestó una fuente policial. "Creemos que este crimen tiene que ver con el comercio de drogas, aunque Magnate no tenía antecedentes.
El 22 de agosto se hizo un allanamiento a tres cuadras de esa casa y se localizó otro búnker" dijo el jefe policial. Y los vecinos agregan que en el barrio donde murió Magnate "se instalaron tres búnker" en los últimos tiempos. La investigación de ese procedimiento desembocó en operativos en el barrio Municipal de Rosario, en plena zona sur. "Allí hubo detenidos por narcotráfico", dijo el oficial.
Sin embargo, gente allegada a Magnate y su concubina tienen otra versión de la muerte del muchacho. "Al chico le dieron por que se confundieron. Fue el hermano de otro pibe que mataron a la salida de un boliche. Para mí quisieron dar un mensaje o pensaron que Jonatan estaba con este tema de Balbuena, que él lo había matado", dijo una chica muy segura, con la experiencia de saber escuchar lo que dicen las paredes. Y dio por tierra con la versión de que fue por un conflicto por drogas. Sin embrago, las cosas se entrelazan.
La venganza
El crimen al que aludió la mujer ocurrió el 8 de julio. José Luis Balbuena recibió un tiro en la cabeza durante esa madrugada, al salir del boliche Burbuja, de Arroyo Seco. Había ido a bailar con su hermano Gustavo, de 23 años, que también fue baleado en las piernas. Ambos fueron internados, pero el más chico no pudo recuperarse y murió. Acerca del hecho hubo dos versiones: una mencionaba una reyerta con un robo incluido como desencadenante del homicidio; la otra que las víctimas no conocían al tirador ni había razones para que fueran atacadas.
Con el paso de los días la muerte de Balbuena fue parcialmente aclarada. Según publicó puntualmente el semanario arroyense "La Posta", hubo un detenido, Martín D. B., de 35 años, quien fue sindicado como autor de los disparos y cayó preso el 18 de agosto en Leiva al 4500, en la zona sur de Rosario.
A este hombre se sumaron los arrestos de Maximiliano Ezequiel M., de 17 años, y de Nadia Celeste P., de 19. Los detuvieron el 26 de septiembre pasado en Grandoli al 4900, también de Rosario. Los dos lugares están a seis cuadras de distancia y muy cerca del lugar donde cayeron los imputados de manejar el búnker allanado en Arroyo Seco tres semanas antes de que Magnate muriera.
Las casualidades abundan entre las sombras del delito. Otra más: en el casamiento del primer detenido, Martin D. B., hace unos años, hubo muchos invitados. Pero llamó la atención el padrino de bodas, un hombre conocido como El negro F., con antecedentes por comercialización de drogas. Gente conocida, de vidas similares, que viven cerca y que se unen por el hilo conductor de la muerte de Balbuena, un búnker allanado y otra muerte, la de Magnate.
"En Arroyo Seco hay como diez búnker, se vende de todo y yo a veces tengo más miedo acá que en Rosario. Acá es más complicado, todos se conocen", dijo una jovencita que solía salir por los "boliches del pueblo".
Para la policía, la hipótesis de que el crimen de Magnate esté ligado al de Balbuena no tiene sustento. Para los amigos de Magnate sí. En tanto, ronda el fantasma de la venta de drogas y de las personas ligadas a un mismo barrio de Rosario. Algo es seguro, en todo laberinto los caminos se entrecruzan.
Fuente: Diario La Capital