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20/11/12

Roban con violencia a una familia en su casa y huyen en su camioneta

 

"Fue algo terrible ver al hombre ensangrentado abrazado a su mujer y a sus hijos llorando con desesperación". Quien dijo esta frase es una vecina de Juan P.Z. que fue emboscado por dos hombres armados en la puerta de su casa del barrio Belgrano. 

 

 

"Fue algo terrible ver al hombre ensangrentado abrazado a su mujer y a sus hijos llorando con desesperación". Quien pronunció esta frase es una vecina de Juan Pablo Z. que fue emboscado por dos hombres armados en la puerta de su casa del barrio Belgrano. Sin que el comerciante de 41 años pudiera oponer resistencia, entraron a su vivienda y la desvalijaron. Recogieron tres mil pesos, cheques por un valor de 100 mil pesos, cámaras digitales y prendas de vestir diversas. Con el botín en su poder, se subieron a la camioneta del dueño de casa y se marcharon.

El escape fue accidentado: mientras huían chocaron con un auto y debieron dejar abandonada la camioneta a pocas cuadras de la escena del robo. Hasta anoche, los autores del atraco no habían sido localizados por la policía.

Juan Pablo Z. es propietario de un comercio de venta de neumáticos. Vive con su esposa y sus tres hijos de 3, 7, y 8 años en una casa situada en Colombia al 900. A las 3 de la tarde del domingo, el comerciante asaltado fumaba un cigarrillo en la vereda cuando divisó a dos hombres bien vestidos que avanzaban con pasos cansinos. No distinguió nada extraño en ellos para presumir que en escasos segundos esas personas lo asaltarían. Su sorpresa fue mayúscula cuando los sujetos se toparon con el comerciante y lo encañonaron con un arma de fuego. "Vamos para adentro", ordenó uno de los recién llegados, según contó una fuente policial.

En el interior de la propiedad estaban la esposa de Juan Pablo Z. y sus tres hijos. En ese momento, la mujer y los chicos observaron azorados cómo uno de los intrusos para intimidarlo le asestaba un culatazo en la frente al dueño de casa. Tras el golpe anunciaron sus intenciones. "Queremos plata" y dónde está la caja fuerte", inquirieron al mismo tiempo los maleantes. El comerciante les respondió que no tenía caja de seguridad. La respuesta de uno de los malhechores fue apoderarse de la billetera de Juan Z. en la que había tres mil pesos.

La visión de los hijos.
El botín no los conformó y continuaron con la búsqueda de efectivo. En ese momento, según contó una vecina, la esposa del comerciante debió recorrer con los ladrones la vivienda en búsqueda de la "tan preciada" caja fuerte que en rigor no existía. "Fue muy doloroso que los chicos hayan visto cómo le pegaban al padre y llevaban a la madre por toda la casa a la rastra golpeando las paredes para buscar cajas fuertes", recordó la vecina.

En un mueble aparecieron cheques por un valor de cien mil pesos. Pero no solamente recogieron el dinero y los valores. También se llevaron cámaras fotográficas digitales, teléfonos celulares, ropa del dueño de casa y perfumes. Cuando estaban a punto de marcharse, la pistola 9 milímetros de los ladrones se disparó y un proyectil impactó en el piso y se incrustró en una pared. Tal vez fue el momento de mayor tensión.

El choque. 
Sin inmutarse por esto, y cuando ya habían transcurrido dos horas, los malhechores salieron a la calle y su subieron a la Toyota Hilux azul del dueño de casa para emprender la huida. En la alocada carrera, chocaron con un Peugeot 504 en el cruce de Pérez Bulnes y Guatemala, pero no se detuvieron.

Continuaron el escape y en Nicaragua y Forest dejaron abandonada la camioneta para desaparecer. "Recibimos dos llamados casi al mismo tiempo. En uno (de los contactos telefónicos) denunciaban el robo en la casa de Colombia al 900 y el otro era por el accidente de tránsito. Una patrulla comezó a recorrer la zona y encontró a la camioneta abandonada", explicó el comisario Fabián Fantín, subjefe de la comisaría 14ª, que controla la zona donde ocurrió el ilícito.

A raíz del impacto, la Toyota resultó dañada en el paragolpe delantero y pasado el mediodía de ayer estaba aún estacionada frente a la seccional 14ª. Hasta anoche no habían sido localizados los autores del atraco.

"Mamá, no importa"

La vecina que ayudó a la familia asaltada en la casa de Colombia al 900 ayer a mediodía permanecía conmovida por el atraco. "Hace pocos años que esta gente vive en el barrio,  no es el primer asalto que sufrieron. Unos meses atrás se metieron a la casa cuando no estaban", dijo la mujer.

Ya habían transcurrido casi veinte horas del atraco y la mujer lucía perturbada recordando una imagen que le había provocado gran angustia. "No puedo parar de pensar en la nena de siete años que abrazada a la madre le decía «mamá no importa. Estamos vivos y no nos pasó nada«", memoró la vecina.

 

 

 

 

 

 

 

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