05/01/13
Un detenido por el brutal crimen de un colectivero
Tiene 23 años y le imputan la muerte de Raúl Bragos, ocurrida en las primeras horas de 2013, cuando desde su casa presenció un robo.
Dos sospechosos de haber asesinado a sangre fría al colectivero Raúl Omar Bragos, a las 3.15 del primer día de 2013, fueron detenidos en la mañana de ayer aunque sólo uno de ellos quedó a disposición del juzgado de Instrucción en turno.
Su nombre es Juan Carlos Saúl G., de 23 años, quien cuenta con antecedentes penales por robos y hurtos.
A partir de esa madrugada fatal los investigadores se pusieron a trabajar para esclarecer el homicidio y recopilaron nombres y direcciones que los llevaron hasta una vivienda de calle Lisboa al 2900 (inmediaciones de Rueda y Ovidio Lagos), en el barrio Carlos Casado y a unas 12 cuadras de donde se cometió el crimen. Allí se realizó el allanamiento a las 7.40 de ayer, pero el hombre buscado no estaba.
Sin embargo, a partir del testimonio de varios vecinos los pesquisas supieron que el sospechoso podría estar trabajando en una fábrica de cocinas de Deán Funes al 3500, donde finalmente lo localizaron y apresaron sin que opusiera resistencia. Además, los policías secuestraron una moto Honda 125 propiedad de Juan G., que podría haber sido la utilizada la noche del crimen.
En el marco de la investigación también fue demorado Juan Miguel G., de 20 años, a quien localizaron en su casa de Gálvez al 3200 pero que recuperó la libertad poco después por orden de la Justicia al no consideralo, de momento, partícipe del caso.
Raúl Bragos tenía 53 años y dormía junto a su esposa en su casa de Ituzaingó 3225 después de haber recibido el nuevo año en familia. La habitación de la pareja tiene una ventana a la calle y a las 3.15 el sueño del hombre fue sobresaltado por gritos. En la vereda, a un par de metros de su vivienda, tres pibes estaban siendo asaltados por dos ladrones en moto.
Raúl sólo pensó en Agustín, uno de sus cuatro hijos, de 12 años, que estaba con amigos en la esquina de Ituzaingó y Crespo a punto de volver a la casa. Por eso se levantó de un salto, fue hacia la puerta de chapa y abrió el mirador para asomarse. Observó la escena del robo e insultó a los ladrones con la intención de que dejaran ir a sus víctimas.
Fue en ese momento que uno de los maleantes apuntó con un arma hacia la puerta donde estaba Bragos e hizo entre tres y cuatro disparos. Uno de esos plomos le pegó al colectivero en la cara, de la línea 123 de la Semtur, quién se desplomó agonizante en el patio de su casa
Al día siguiente, su hijo Agustín relató que los asesinos de su padre circulaban en una "Guerrero 110 color negra" que escapó "por Ituzaingó y dobló por Crespo". "Pasó por adelante nuestro".
Desde entonces el caso fue investigado por agentes de la comisaría 13ª y de la sección Homicidios quienes ayer, con las órdenes de allanamientos libradas por la Justicia, dieron con el principal sospechoso del homicidio.