24/03/13

Una peligrosa bacteria tiene en vilo a los infectólogos argentinos

Joaquín Bermejo, médico infectólogo, jefe del departamento de Infectología del Hospital Español.

 

Encontraron evidencia de legionella en los equipos de aire acondicionado de un hospital. Es la primera vez que aparece en la Argentina

 

 

El viernes trascendió que las enfermeras que fallecieron en el hospital de Carmen de Areco en enero, habían sufrido una coinfección de gripe con legionella, una bacteria de la que no hay registros epidemiológicos en la Argentina. 

Un informe emitido por el Instituto Malbrán en base a estudios realizados a trabajadores y pacientes con neumonía en ese hospital del sur bonaerense reveló la presencia de legionella pneumophila, que causa neumonías atípicas y que podría ser también la causa del deceso de las mujeres. 

La peligrosa bacteria fue hallada también en los equipos de aire acondicionado de la institución. "Frente a esta realidad los especialistas vamos a tener que revisar muchos aspectos del abordaje de personas con neumonías severas. La noticia ha sido una gran sorpresa para la comunidad médico científica y nos obliga a revisar muchas cosas", reconoció ayer Joaquín Bermejo, médico infectólogo, jefe del departamento de Infectología del Hospital Español.

El especialista dialogó con La Capital a horas de arribar de un encuentro que se desarrolló en Tierra del Fuego y que reunió a prestigiosos infectólogos del país. La aparición de legionella en el hospital bonaerense fue uno de los temas excluyentes, reconoció. "No debe haber en la Argentina médicos que hayan visto pacientes con neumonía por legionella, por eso no la sospechamos como posible causa de una infección respiratoria severa. Esto cambiará la historia", remarcó.

El hecho de que la bacteria haya sido encontrada en los equipos de aire acondicionado es un dato que preocupa a la población. "Es altamente improbable que se encuentre en los aires hogareños, en general se la detecta en sistemas de aire centralizados como los que hay en hoteles, sanatorios u hospitales", explicó el especialista.

La legionella, detalló Bermejo, se halla en sitios húmedos y en hábitats acuáticos (lagos, ríos, estanques, aguas termales) y puede infectar torres de refrigeración u otras instalaciones que tengan agua templada. "Si una persona entra en contacto con la bacteria puede enfermarse. En general el cuadro es más severo cuando ya existe una enfermedad de base. Además suele ser frecuente la combinación de legionella con gripe", dijo el médico.

No se contagia de persona a persona. Para contraerla hay que estar en contacto con el foco de infección.


¿Cómo se manifiesta? 

Con tos, dificultad respiratoria, dolores musculares y fiebre alta como cualquier neumonía; no hay una característica especial. "Los pacientes que tienen infección por esta bacteria requieren sí o sí una internación por la gravedad de los síntomas, pero hasta ahora, hay que reconocer que en la Argentina, salvo que la persona haya venido de un viaje o haya estado en hoteles o cruceros en las últimas dos semanas, no pensábamos en esa posibilidad".

Lo importante del diagnóstico preciso es que para tratar la denominada "enfermedad del legionario" se utiliza un antibiótico llamado levofloxacina que no es la primera elección que hace un médico frente a un cuadro de neumonía, por lo tanto, si la verdadera causa permanece oculta puede demorarse el inicio del tratamiento con consecuencias severas. "Existe un test rápido de orina que permite detectar trozos de legionella. Si da positivo confirmamos la enfermedad", dijo Bermejo, quien señaló que "ese test se hace con unos blisters que son de fácil acceso pero están en muy pocos hospitales o sanatorios".


Vacunas. 

Legionella y gripe suele ser una combinación muy peligrosa. De hecho, cualquier infección respiratoria en una persona con gripe es más severa. De allí que Bermejo haya insistido con la vacunación antigripal 2013. "Es imprescindible que se vacunen los mayores de 65 años, los menores de dos, las embarazadas, el personal de salud y quienes tienen enfermedades crónicas previas", recomendó. Para la legionella no existe vacuna.

Fuente: La Capital

 

 

 

 

 

 

 

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