El club del Parque se quedó con el título del torneo Final y Rosario se tiñe de rojinegro.
El equipo de Martino se consagró en Chaco, antes de jugar por la Copa Argentina, gracias a que Lanús no pudo con Estudiantes. Es el sexto logro a nivel nacional para una institución que conserva latente la ilusión de, además, ser este año campeón de América
Newells Old Boys logró este miércoles el título del torneo Final de primera división, el certamen que corona la temporada futbolística y que ahora, le abre paso a la Súper Final que deberá jugar con Vélez, el monarca del torneo Inicial. Lo hizo con su plantel en Chaco, antes de jugar por la Copa Argentina. Fue gracias a su triunfo del domingo ante Atlético Rafaela -una goleada por 3-0 en la que mostró toda su clase- y a que Lanús, después de golear a River ese mismo día, no pudo ahora con Estudiantes, al completar un encuentro pendiente en La Plata.
Este sexto título nacional que consigue la institución del Parque de la Independencia no pasará inadvertido en su historia. Es que lo logró con un prócer sentado en el banco y con figuras de renombre mundial que llegaron al club en un momento complejo, con una economía en plena recuperación, sentando un precedente de amor a los colores como hacía mucho no se veía. Y con una manera de jugar que enamoró a todos.
El equipo del Tata, de la Fiera, del Gringo, de Nacho, quedará en los anales del fútbol argentino porque vino a barrer con los paradigmas del resultadismo disociado de la estética. Este Newells ganó mucho, pero gustó más. Y se transformó en una referencia de juego para la mayoría del resto de los actores del fútbol argentino, que lo individualizaron como el de la propuesta más generosa hacia el sentido estético de este deporte.
Ahí están, inmortalizados, los miles de hinchas que saltan y bailan en el Monumento, en el Parque, en toda la ciudad. Allí quedarán, colgados para siempre en las paredes del club, los hombres que hicieron y hacen feliz a todo el universo ñubelista. Y lo que más le gusta a los hinchas es que el techo de esta escuadra aun no se vislumbra. Porque además de la Superfinal con Vélez, está el sueño de la Copa Libertadores. Vivito y coleando. Pero, al menos por estos días, apartado por esta enorme felicidad de gritar bien fuerte, de nuevo y merecidamente, la palabrita famosa que mueve la pasión: ¡Campeones!
Informe Carlos Márquez