05/08/13

¿Sabe cuánto cotizó hoy su bienestar?

 

¿Acaso no deseamos realmente estar bien, con expectativas de una vida plena, sin vaivenes o altibajos? ¿Estamos predispuestos a enfermarnos o reclamar la salud?

 

 

En el mundo de las cotizaciones monetarias y cambiarias, hay una constante oscilación de subas y bajas, que muchas veces es capaz de desestabilizar no sólo a la economía, sino también a la persona afectiva y emocionalmente. 

Lo mismo pasa con los estados de ánimo. No dependemos de estas oscilaciones para experimentar salud y bienestar.

Se atribuye el interés por la cotización de la moneda, por un negocio que se quiera establecer, por la venta o la compra de un inmueble, para calcular cuánto puede generar un viaje y tantos otros motivos.

Pero pensemos un momento en el aspecto de nuestros sentimientos: ¿qué es lo que pretendemos con el sube y baja de nuestra autoestima, del humor y el  ánimo para empezar el día?  ¿Sentimos que la vida tiende a devaluarse como la moneda?

¿Acaso no deseamos realmente estar bien, con expectativas de una vida plena, sin vaivenes o altibajos? ¿Estamos predispuestos a enfermarnos o reclamar la salud?


Los signos de la enfermedad.

Los síntomas de manía se observan con el trastorno bipolar I. La fase maníaca puede durar de días a meses y abarcar los siguientes signos:

- Agitación o irritación

- Elevación del estado de ánimo

- Hiperactividad

- Incremento de la energía

- Falta de autocontrol

- Pensamientos apresurados

- Autoestima elevada (delirios de grandeza, creencias falsas en habilidades especiales)

- Poca necesidad de sueño

- Compromiso exagerado en las actividades

- Control deficiente del temperamento

- Comportamientos imprudentes (incurrir en excesos de comida, bebida o consumo de drogas, promiscuidad sexual, hacer gastos exagerados)

- Tendencia a distraerse fácilmente


De la risa al llanto, de la euforia a la tristeza absoluta. Así vive su día a día un enfermo bipolar. Entre altibajos emocionales, la vida se les complica. Sus relaciones interpersonales se ven empañadas entre los abruptos episodios de excitabilidad y los periodos depresivos que experimentan. 

El Trastorno Afectivo Bipolar (TAB) es una enfermedad mental severa. http://www.eluniversal.com.co/especiales/nueva/trastorno-bipolar-montana-rusa-de-emociones.

Ese cambio abrupto del estado de ánimo  muchas veces, aún sin tener el diagnóstico de la enfermedad, se vive cotidianamente y hace  de cada día una experiencia amarga, sin brillo y sin expectativas. En cierta forma es aceptar que vivimos encerrados dentro de un envase material llamado cuerpo, sin dar lugar a un cambio radical y mental.

En mi experiencia me ha resultado preguntarme: ¿Cómo me siento hoy? ¿Voy a perjudicar a aquellos que me rodean? ¿Tengo algo bueno para dar en este día?

Entonces olvidándome de mi misma y pensando en mi entorno, he podido sobrellevar esos sentimientos que nunca ayudan a mejorarnos interior y exteriormente.

El buen humor, la risa y la disposición sincera de hacer las cosas bien, siempre son aliados aconsejables.

Las enseñanzas básicas que ofrece el cristianismo,  pero que cualquier persona de distinta ideología o bien agnóstica, puede entender fácilmente, nos señalan: "…el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos"- (ver Santiago 1).

Profundizando sobre este estado mental, la pensadora del Siglo XIX, Mary Baker Eddyen una de sus obras reflexiona: "El hombre no es un péndulo, oscilando entre el mal y el bien, el gozo y el pesar, la enfermedad y la salud, la vida y la muerte".  "Para remediar esto, debemos primero dirigir nuestra mirada en la dirección correcta, y luego seguir por ese camino. Debemos formar modelos perfectos en el pensamiento y mirarlos continuamente, o nunca los esculpiremos en vidas grandes y nobles".

Mediante este cambio mental, es posible salir de la inconstancia y la sensación de incertidumbre, de la irritación y del mal humor.

Usted y yo tenemos la capacidad para sobreponernos al "yo" personal,  limitado y controvertido, dejando que la identidad real, libre y satisfecha salga a la superficie y permanezca, no solo para favorecernos individualmente, sino también para beneficiar con nuestro bien a los demás. Es poner en marcha nuestra capacidad de dar, más que de recibir.

Esta es una moneda siempre estable y bien cotizada!!


Elizabeth Santángelo  

Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana, en Argentina

Contacto: Argentina@compub.org        

Blog: lasaludhoy.wordpress.com


 

 

 

 

 

 

 

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