07/09/13

Un ladrón murió baleado tras un intento de robo y una brutal golpiza de vecinos

 

Los últimos minutos en la vida de Ezequiel Hernán Vera estuvieron en manos de un improvisado tribunal callejero que lo sometió a la justicia popular. Fue la tarde del jueves en Pellegrini y Alsina. 

 

 

"A este hijo de puta hay que matarlo. La policía tendría que darnos un arma y lo ejecutamos acá nomás", gritaba un enardecido hombre en medio del gentío.

Minutos antes Vera había intentado robar junto a un cómplice en moto al conductor de un auto que paró en el semáforo de Pellegrini y Alsina. Pero algo le salió mal y dos balazos le perforaron el abdomen. Para la policía, Vera se hirió solo manipulando una pistola calibre 9 milímetros. Pero algunos vecinos contaron que cuando el joven logró meter su cuerpo en el auto fue recibido con un par de balazos. Y cuando rodó malherido sobre el pavimento quedó a expensas de los vecinos.

"Los de la moto seguían a un auto de alta gama, un Audi. Como el conductor se dio cuenta pasó en rojo el semáforo de Castellanos, pero lo agarró el de Alsina. El acompañante de la moto se bajó y empezó a forcejear con una mujer que iba de acompañante en el auto, y ahí el conductor le pegó dos o tres balazos. El tipo cayó sobre el pavimento y el Audi se fue a toda velocidad. Al choro lo agarraron los vecinos y lo cagaron a patadas en el piso. Hoy me enteré que murió. Mejor, uno menos. Nosotros estamos hartos de que nos roben", dijo con tono descarnado una vecina de la cuadra.

Vera tenía dos balazos: uno en el pecho y otro en la pelvis, ambos del lado derecho. Fue asistido por una ambulancia del Sies y murió a las 20.35 en el Hospital de Emergencias. Su complice, en tanto, huyó por Alsina en contramano.

 

 

 

 

 

 

 

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