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07/11/13

Un país seguro

 

La mayoría de nosotros deseamos tener país donde se pueda vivir "en armonía con el medio ambiente", pero además dentro de los hogares, en la oficina o en cualquier lugar, y muy especialmente, concordar entre unos y otros

 

 

La mayoría de nosotros deseamos tener país donde se pueda vivir "en armonía con el medio ambiente", pero además dentro de los hogares, en la oficina o en cualquier lugar, y muy especialmente, concordar entre unos y otros. No como una sociedad dividida por sectores, color o nivel social.

El concepto de separación es lo que produce la violencia, y para sofocarla es necesario ponernos del lado de la unidad, de la tolerancia y del perdón.

Observando el concepto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrece en cuanto a la "salud", dice que es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia, en su constitución aprobada en 1948. 

Este concepto se amplía al determinar que "salud es el estado de adaptación de un individuo al medio en donde se encuentra". En 1992 un investigador amplió la definición de la OMS, al agregar: "y en armonía con el medio ambiente". 

La salud ha sido considerada no como un estado abstracto sino como un medio para llegar a un fin, como un recurso que permite a las personas llevar una vida individual, social y económicamente productiva. (Ver:  http://es.wikipedia.org/wiki/Salud).
 
En otro sentido, lograr vencer el estrés que produce la inseguridad frente a cuadros de violencia, cuando vemos que los valores y códigos de convivencia se han perdido, cuando estamos frente el resentimiento y odio generado por la falta de valoración a la vida, considerando que ya no se tienen oportunidades.

Este resentimiento lo genera la envidia y la ambición al no tener lo que otros tienen.

Un libro como la Biblia contribuye a entender y a encontrar respuestas a distintas situaciones. La mayoría sabe acerca de los Diez Mandamientos, y en especial, el 10º; éste nos habla de no codiciar los bienes ajenos. (Ver Éxodo 20: 17)

Cuando se comprende que cada uno tiene las mismas oportunidades,  deja de observar el progreso de los demás, y comienza a dar pasos para lograr el propio.


¿Cómo podemos armarnos espiritualmente si se trata de buscar seguridad y protección?


Hoy se habla recurrir a las armas ante cualquier situación de peligro, pero ¿de qué sirve un arma si tenemos miedo o estamos aterrados?

Además, estar armados sería ponernos del lado de la ley del Talión. Ley del Talión (latín: talis o tale, que significa idéntica o semejante);  se refiere a un principio jurídico de justicia retributiva en el que la norma imponía un castigo que se identificaba con el crimen cometido. La expresión más conocida:  "ojo por ojo y diente por diente" http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_del_Tali%C3%B3n

La verdadera defensa está en buscar paz y seguridad interior, no dejarse influir por la sensación de peligro, porque el miedo atrae más miedo.
 
Este reconocimiento es una sólida base para orar, es el comienzo de una vida cimentada en una justicia igualitaria para todos y además una puerta abierta para que aquellos que han equivocado el camino encuentren la redención. Es contemplar al otro bajo la misma luz con que nos vemos a nosotros mismos.
 
A partir de un cambio mental, logramos clasificar la calidad de nuestros pensamientos, y orientarlos a una mejor calidad de vida, libre de todo resentimiento, venganza o desamor.

Esta es una buena alternativa para encontrar respuestas a la salud física, mental y emocional,  y de esa forma contribuir con la seguridad y bienestar de un país.


por: Elizabeth Santángelo 

Elizabeth integra el Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana en Argentina y escribe artículos relacionados con el impacto que produce el cultivo de la espiritualidad en la salud y en los distintos aspectos de la vida cotidiana.
Contacto: Argentina@compub.org

 

 

 

 

 

 

 

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