El presidente Trump, quien se encontraba reunido con su par chino Xi Jinping, habló con reporteros en su residencia de Mar-a-Lago en la Florida, confirmando que ordenó un "ataque militar dirigido" contra el aeropuerto desde el que fue lanzado el ataque químico.
Este ataque es, según dijo, "vital para la seguridad nacional" de los Estados Unidos.
Más tarde, en una declaración televisada, el mandatario manifestó que "todos los países civilizados" deben trabajar para acabar con el conflicto sirio. "Assad ahogó a los indefensos", apuntó el mandatario en una breve comparecencia.
Poco antes, la televisión estatal siria confirmó los ataques y los calificó como una "agresión" por parte de Estados Unidos.
En tanto, una fuente de la Casa Blanca que solicitó el anonimato responsabilizó directamente a Assad por el ataque y aseguró que fue en represalia por su ataque con armas químicas el martes pasado, contra población civil en territorios dominados por los rebeldes en el norte del país.
Más temprano, peritos de Turquía que atendieron a víctimas del ataque, habían confirmado que se trató de sarín, un gas neurotóxico que puede provocar la muerte en pocos minutos.
En la tarde del jueves, el Consejo de Seguridad de la ONU no logró alcanzar un acuerdo sobre una resolución sobre Siria, cuando ya se había divulgado la información de que la Casa Blanca tenía listos los planes de ataque.
En ese cuadro, la delegación rusa formuló un claro alerta a Washington sobre los riesgos de actuar militarmente y de forma unilateral en el conflicto sirio.
"Si hay una acción militar, toda la responsabilidad recaerá sobre los que hayan iniciado una empresa tan trágica y dudosa", declaró el embajador ruso ante la ONU, Vladimir Safronkov, a la salida de una reunión del Consejo de Seguridad sobre Siria.
Este ataque con misiles señala un cambio de estrategia de Trump con respecto a Brack Obama, quien había preferido tomar distancia de la guerra civil siria en los últimos años.