22/02/18

Un astrónomo aficionado de Rosario registró el nacimiento de una supernova

 

Víctor Buso es cerrajero, astrónomo aficionado 

 

 

El 20 de septiembre de 2016, a la medianoche, Víctor Buso, un cerrajero rosarino aficionado a la astronomía, decidió subir a la terraza de su casa, a metros del Hospital Italiano de esa ciudad, y probar una nueva cámara que había comprado para adosar a su telescopio de 40 centímetros.

Ayer, la revista científica Nature, una de las más prestigiosas a nivel mundial, puso el descubrimiento en el centro de las miradas al publicar un trabajo de investigadores argentinos que describe la explosión de la estrella SN 2016kgk, la supernova que fue detectada y registrada, en el mismísimo momento de su creación, por el rosarino.

El cielo estaba particularmente despejado. Víctor preparó el instrumental y decidió apuntar a un objeto que le permitiera evaluar la calidad de las imágenes y se decidió por la gran galaxia espiral NGC 613, que estaba cerca del cenit, tomó exposiciones cortas, de unos 20 segundos, para evitar que se velaran. 

En cada toma, la galaxia apenas asomaba como una mancha difusa. Entonces, juntó 40 imágenes, las combinó usando el software de la cámara, y así pudo obtener una foto en la que la galaxia desplegaba claramente sus brazos espirales. Unos minutos después de analizar esa primera imagen combinada, y cuando se disponía a tomar una nueva secuencia, quedó atónito: donde antes no había nada, ahora se divisaba un puntito.

"Estoy sacando una secuencia de la galaxia cada 20 segundos, cuando veo un pixel que empieza a aumentar de brillo -recuerda, emocionado-. Empecé a llamar a la gente que se dedica a la astronomía en forma profesional, pero a las doce de la noche no encontraba a nadie. Hasta que di con otro aficionado que me dijo que tenía que dar el alerta mundial. Entonces elaboré un llamado con la exposición, brillo y mediciones para que un observatorio más poderoso confirmara lo que estaba viendo".

En la soledad de la noche, Víctor Buso, desde el techo de su casa en Rosario, era testigo de los primeros instantes de la explosión de una estrella, un fenómeno que los astrónomos venían persiguiendo sin éxito desde hace años: el nacimiento de una supernova.

Enterados de la detección, Melina Bersten y Gastón Folatelli, del Instituto de Astrofísica de La Plata (IALP, dependiente del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata), Federico García, del Instituto Argentino de Radioastronomía (también del Conicet), Omar Benvenuto (del IALP) y en Bariloche, Mariana Orellana, de la Universidad Nacional de Río Negro, del Conicet, se pusieron a estudiarla en detalle. También colaboraron colegas de Japón y Estados Unidos.

Las imágenes de Víctor tomadas a lo largo de dos horas resultaron un tesoro invaluable. Gracias a que hizo el anuncio esa misma madrugada, otros observatorios empezaron el seguimiento desde muy temprano. Monitorearon extensamente la supernova y estudiaron su evolución. El brillo de la luz emitida aumentaba rápidamente, una señal que, para los autores del trabajo que hoy publica Nature, y que también firman el propio Victor Buso y su amigo José Luis Sánchez, también aficionado a la astronomía, corresponde a una fase largamente buscada pero hasta ahora nunca observada.

Según afirma Estela Reynoso, investigadora del Conicet en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio, que no participó en este hito, "El descubrimiento de Víctor Buso, junto con José Luis Sánchez, ya entró en la historia de la astronomía mundial y puso a Rosario y a la Argentina en el centro de la atención de todos los astrónomos que estudian estos cataclismos. La trascendencia de su hallazgo radica en que las explosiones de supernovas son impredecibles; hay mucha gente dedicada a patrullar el cielo buscándolas y, cuando las encuentran, ya ha transcurrido algún tiempo desde la explosión. Esta es la primera vez en que la detección se realiza prácticamente en el instante del evento, por lo tanto la información que se pudo obtener es única y difícilmente se repetirá en mucho tiempo. Lo que aprendimos con la supernova rosarina nos ayuda a comprender mejor los misterios que encierra la muerte violenta que sufren algunas estrellas".

Fuente y foto: La Nación

 

 

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